–Cada problema, cada reto de tu vida… en realidad es una cuestión de Amor –le dijo el Gran Espíritu–.
Cada dificultad, cada miedo… es en verdad una parte de ti misma y de la historia de tu Alma, buscando ser vista, escuchada, comprendida, amada e integrada por ti a través de tu Amor Incondicional. Y así una resistencia a que te vaya bien en tu trabajo, a llenar tus talleres, a poder tener una economía tranquila… es un tema de Amor: de abrirte y observar cada página de tu libro interno para comprender y amar cada recuerdo, cada voz, cada sensación que halles en ti… hasta que puedas sonreír compasiva a todas las mentiras que te contaron o te creíste de ti misma.
Hasta que ames de tal manera tu Esencia Divina que puedas comenzar a atisbar el inmenso valor de tu medicina en este tiempo, en este mundo;
Hasta que te abras a confiar plenamente en el Amor y la Inteligencia Universal que te guía.
Y así un temor a encontrar pareja por recelo a que te vuelvan a hacer daño, es también un tema de Amor: de amar cada rincón de tu cuerpo y tu psique, con todas tus melodías armoniosas y todas tus disonancias, sabiendo (sin que exista duda alguna en ti) que tal y como eres ya eres merecedora de la más hermosa relación que pueda existir.
Cada enfermedad, cada adicción… cada carencia, soledad, limitación… es un tema de Amor. La herida, la pena, la desconfianza… atraen por resonancia las experiencias similares duras y complejas, como atrae el canto de la sirena al marinero, como atrae el polluelo con su piar a su madre, pidiéndole más de comer.
Ábrete a mirar lo que te presiona, lo que te causa estrés o dolor… y verás En Cada Situación una invitación a Amar tus Miedos.
Verás un Camino Iniciático Hacia Adentro: el Amor llamándose así mismo desde La Otra Orilla, suplicándose dejar ya de buscar alternativas para bordear ese doloroso tema.
Suplicándose atravesar ese Río y empaparse en cuerpo y alma de su corriente, dejando que la travesía le transforme para siempre.
Que el Amor sea tu Mirada, tu Estrella Polar en el Camino, y tu Destino.
Myriam Aram
Nos vemos en el Río
© Texto Myriam Aram
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