
Dicen que el Amor es ciego, pero no es así. El Amor de Verdad todo lo ve. Ve las Virtudes, las Luces y Dones de una persona. Ve también sus Dolores y sus Sombras.
Lo hermoso lo ama, lo triste lo compadece, porque detrás de cada mal gesto ve un porqué llamado “sufrimiento”.
El Amor Incondicional se abre a la escucha sin intentar cambiar al otro. Ofrece ayuda siempre que puede poniendo límites saludables, nacidos de la atenta escucha a su corazón.
El Amor Incondicional se ama a sí mismo primero y luego se entrega, porque nadie puede dar lo que no tiene.
Somos seres humanos, que a veces conseguimos estar en Amor Incondicional.
Cada punzada de dolor es una puerta que se abre invitando a la sanación, para que lleguemos, cada vez más, a ese Amor.
Myriam Aram