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UN AMOR QUE APOYA, SOSTIENE, NUTRE Y SANA


–¿ME PERMITES QUE TE CUENTA UNA HISTORIA? –le preguntó con suavidad una Desconocida en un Café.

La Mujer asintió, bastante extrañada. Tenía los ojos enrojecidos por las lágrimas después de una UNA FUERTE DISCUSIÓN CON SU PAREJA hacía pocos minutos. Él había terminado yéndose de mala manera y dejándola sola en el Café.

La Desconocida tomó asiento junto a su mesa, y comenzó a hablarle con ternura en los ojos.

–Ese hombre que ves ahí es mi pareja –le dijo señalando a un ser simpático que, al verse observado, les sonrió y les saludó de vuelta–. Es un ser maravilloso, pero antes de encontrarnos y entender lo que es el amor, estuve seis años con OTRO CHICO QUE, AUNQUE NO LO SUPIERA, NO ME QUERÍA.

–¿Cómo se saben esas cosas? –le preguntó la Mujer después de beber un poco de su té, que ya se había quedado frío.

–Pues es muy sencillo si sigues las pistas del día a día, aunque se complica por las obcecadas ganas de FALSEAR LAS PRUEBAS que tenemos todos –le respondió con simpatía la desconocida–. Creo que la cuestión está en TENER CLARO CÓMO TE GUSTARÍA QUE TE QUISIERAN Y NO CONFORMARTE CON MENOS.

¿QUIERES SABER CUÁNDO COMPRENDÍ QUE ÉL NO ME AMABA? –preguntó, haciendo que la Mujer asintiera–. Me di cuenta mientras estábamos comiendo unas hamburguesas que él había traído a casa, mientras veíamos la típica peli que ponen por las tardes. En ella, una niña le explicaba a la protagonista que, para averiguar si su pareja la quería de verdad, se fijase en si él le dejaba comer a ella primero. Así de simple. Ni largos cuestionarios, ni visitas al terapeuta –relató la mujer–.

Yo en ese momento tenía en mis manos una hamburguesa que no quería, porque se había equivocado otra vez al hacer el pedido, mientras él se terminaba velozmente tooodas las patatas, ¡sin fijarse en que yo ni las había probado!

Vamos, que si hubiéramos sido los dos perros de "La Dama y el Vagabundo" delante de la última albóndiga de los espaguetis, me hubiera gruñido para marcar su propiedad –dijo haciendo reír a la Mujer.

El mensaje de la niña de la peli solo era para que TE PREGUNTASES SI TU PAREJA TE VEÍA DE VERDAD... y, ¿sabes? –le confesó a la Mujer–, yo nos vi a nosotros con la claridad de una muestra de laboratorio.

SUPE QUE, AUNQUE SIGUIÉRAMOS JUNTOS UNA ETERNIDAD, CON ÉL NUNCA VIVIRÍA ESA HISTORIA DE AMOR QUE SIEMPRE HABÍA DESEADO.

.

–¿Y qué hiciste entonces? –preguntó la Mujer siguiendo el hilo.

–Después de proponerme muy en serio romper la relación, me dio un brote de estupidez existencial y pedí un préstamo para que él pudiera montar su capricho, un café-librería.

No sé, a otros les da por intentar tener un bebé... Creo que, en medio de la destrucción, intentas por cualquier medio hacerte con una balsa para seguir juntos a flote, ¿verdad? –comentó la Desconocida encogiéndose de hombros–.

Abrimos el local desoyendo a un amigo que nos aconsejó no montarlo en cualquier barrio, porque decía que los libros no eran como los croissants, que cualquiera los mojaba en café, sino que era cosa de estudiar el lugar…

Pero bueno, el sitio se mantuvo el tiempo necesario para que mi corazón se rindiera y aceptase firmar el papeleo de nuestra ruptura.

Después me pregunté porqué me había llevado a mí misma a vivir todas esas experiencias. Me pregunté porqué no había querido escuchar mi intuición… y me di cuenta de que la raíz del problema era que yo no me veía a mí misma –compartió con la mujer–.

Comencé un recorrido para sanar mis heridas, mis creencias, mis patrones… y APRENDÍ QUE, SI QUIERES TENER UNA RELACIÓN DE AMOR SANA CON UNA PAREJA, DEBES TENER UNA RELACIÓN DE AMOR SANA CONTIGO MISMA –dijo sonriéndola–. Ojalá mi historia te haya ayudado

.

La Mujer le agradeció y le sonrió de vuelta. Aunque estaba removida, sentía que algo había cambiado en su interior.

Vio como la Desconocida se levantaba y regresaba con su actual pareja, que había estado esperando tranquilamente a que terminasen de charlar.

Les vio salir del Café juntos, y deseó con todo su corazón poder vivir la experiencia de compartir un amor que apoya, sostiene, nutre y sana.

“Entonces, primero debo ser yo misma el Amor que me apoya, me sostiene, me nutre y me sana”, se dijo con esperanza.

Myriam Aram

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