Todos los Guerreros necesitamos aprender a perder las batallas que no pueden ser ganadas.
A discernir, con la sabiduría de nuestra alma, si deseamos avanzar por un determinado sendero o si es hora de escoger otro.
A retirarnos de las guerras que deben ser libradas por otras personas, pues al vivir sus vidas les hacemos dependientes, y encallamos nuestros propios pasos.
A acoger a la muerte cuando va acercándose a un ser amado, o a nosotros mismos.
Rendirse a la Vida requiere soltar las armas y llenarnos de humildad, amor y consciencia.
Rendirse a la Vida abre nuestro corazón y nos hace libres.
Myriam Aram
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