
El Maestro de la Visión Interior, el Maestro de la Alquimia, el de los Sueños,
el de la Energía Enfocada, el de la Palabra, el de la Canalización…
y otros tantos sabios se inclinaron con profundo respeto y admiración cuando llegó,
sonriendo y descalzo, el más humilde y elevado de todos: el Maestro del Corazón.