–Nunca se trató de transformar el Plomo en Oro –le contó Merlín al alquimista–, sino de darte cuenta de que si Transformas tu manera de mirar lo Denso, y lo observas desde el puro Amor y la auténtica Compasión, este se descubre ante tus ojos como el Tesoro que siempre fue. Esta es la Verdadera Alquimia. La Alquimia del Corazón –le sonrió. Myriam Aram