Para adentrarte en el Paraíso donde deseas vivir hay una Puerta.
Esa imagen perfecta y benévola de ti que crees que es la llave,
es el candado que te la cierra.
Por la Puerta hay que entrar Completo, aceptando Quien Eres sin dejar fuera lo que te disgusta ti, lo que cambiarías.
Atravesarla con tu Luz, abrazando tus Sombras.
Pasar con tu Dulzura, sin ignorar tu Ira.
Cruzar con tu Amor, sin evitar tu Miedo.
Avanzar con tus Dones y con tus Heridas.
Porque si dejas algo de ti fuera al querer cruzar esa Puerta,
si no aceptas la suma de Todo Lo Que Eres Ahora,
vivirás fragmentado,
sin ver que Plenitud significa “Completo”.
