-Viento de la Vida, soplarás en dulce calma y en brisa, soplarás en huracán y en tormenta… te daré la bienvenida-
Dicen que los árboles tienen todo su tamaño (el que vemos en la superficie) también bajo la tierra. Las Raíces han sido siempre un símbolo de lo que no se ve (nuestras creencias, inseguridades, miedos…) y también de LO ESENCIAL.
Hemos oído de árboles imponentes que han caído al suelo un día de viento porque tenían las raíces podridas o huecas. Hemos visto a famosos, artistas mediáticos… “derrumbarse” a pesar de que, de cara a la galería, tenían lo que la sociedad denomina “una vida perfecta”.
El viento soplará para hacernos crecer… es parte de estar vivo. Quizás nos enfrentemos a momentos muy duros, quizás recibamos críticas dolorosas que nos hagan tambalear… y si hay algo que enferma profundamente nuestras raíces es la FALTA de AMOR hacia nosotros mismos.
¿Y qué es lo ESENCIAL? Que ESTÉS CONTIGO, por encima de cualquier cosa. Por encima de que te alimentes mejor, de que hagas ejercicio físico o trabajo personal… es que te mires a los ojos tan profundamente que te toques el alma. Que escuches tu voz interior diciéndote lo qué necesitas en este momento y que no te abandones.
Nunca estarás solo. Abre el corazón y permite que llegue lo que necesitas.
Esta Tierra es tu hogar, y te mereces Todo Todo Todo lo bueno del Mundo sin necesidad de que hagas absolutamente nada por ganártelo.
Nos enseñaron que para ser queridos debíamos ser de determinada manera (portarnos bien, sacar buenas notas…). “Tal Como Éramos” no parecía ser suficiente. Por ello “Tal Como Somos” es muy probable que tampoco sea suficiente para nosotros ahora.
Quizás no necesitemos más “eficacia hacia nosotros mismos”, sino más dulzura. Más comprensión, escucha, paciencia, sonrisas…
¿Están sanos los cimientos sobre los que estamos construyendo nuestra vida?
Amemos nuestras raíces.