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Música para Sanar

Hola amigos, esta foto es del domingo tras el concierto de Jai Jagdeesh en Madrid (ella es la del centro, a la izquierda mi amiga Aine y a la derecha yo ;) ).

Si no la conocéis, os recomiendo muuuucho buscarla en internet y, sobretodo, ir a verla si tenéis la ocasión. Cuando canta sientes que, de la misma forma que ella abre y cierra su kirtan (ese instrumento hindú que recuerda un poco a un acordeón), su pecho inhala y exhala una voz preciosa que te toca y te transforma… porque, como dicen, “todo lo que sale del corazón, siempre llega al corazón”.

Jai Jagdeesh cantó una de sus canciones traducidas al castellano y nos pidió que cantásemos con ella el estribillo, que decía: «Yo soy la luz, yo soy la luz, yo soy la luz… del amor». Entonces pasó algo inesperado para mí…

Las luces iluminaban el escenario muy levemente. El ambiente era dulce y magnético. Como estábamos sentadas en las filas traseras yo no alcanzaba a verle bien la cara. Pero cuando comenzó a cantar esta canción tan bella, los contornos de su rostro se empezaron a borrar y a desdibujar ante mis ojos, y comenzó a transformarse en un ser a quien amé profundamente en el pasado. Alguien cuya imagen me trae recuerdos de dolor y desconfianza al instante. De pronto, para mí era “esa persona del pasado” la que estaba cantando en el escenario, y su mensaje era ese mismo estribillo.

El Universo tiene muchas maneras de ayudarnos a avanzar, ¿verdad? ;)

Escuché abriéndome a que “ella me cantase” que Es la Luz del Amor, aceptando que así es y dejando que las lágrimas me limpiasen el dolor, la rabia, la incomprensión… de todo lo vivido. Aceptando que esas experiencias formaron parte de un proceso veloz y extremo para aprender y crecer.

Entonces los focos subieron ligeramente de intensidad, iluminando con suavidad a todos los espectadores … y pudimos no solo comprender con la mente que aquel teatro estaba repleto de seres de luz, sino sentirlo y oírlo de cada una de las bocas que cantando afirmaban esa gran verdad: que todos éramos lo mismo.

Esto me invito a imaginar, sobre la cara de esta maravillosa cantante, el rostro y la energía de otras personas del pasado con las que he vivido desencuentros… Fue algo realmente mágico y liberador.

Creo que las personas NO tenemos porqué relacionarnos con quien en esta vida no nos hace sentir bien. Los años pasan y hay seres que se van quedando por el camino porque ya no tenemos cosas en común, porque ya no nos aportamos alegría mutua, porque nos sentimos mal a su lado…

A algunas de esas personas las podemos seguir queriendo, aunque no hablemos con ellas.

Pienso que el día que todos dejemos esta vida nos encontraremos con ellos, nos abrazaremos, reiremos, viajaremos juntos a la velocidad del pensamiento… Será un maravilloso reencuentro porque no habrá ego de por medio… Pero, en este momento, aquí y ahora en la Tierra, no hay porqué forzar ninguna relación que no nos llene el alma de chiribitas y fuegos artificiales.

Si duele, dejémoslo ir… Y si lo vamos a dejar ir… liberémoslo con amor para que todos sintamos paz y podamos seguir adelante con nuestros caminos.

Porque esa persona con la que no nos entendemos y que sentimos que nos ha hecho daño, tiene sus propios procesos, sus propios dolores y frustraciones… pero en el fondo, en ese espacio donde no puede entrar el miedo, ese ser es también La Luz del Amor.

Muchas muchas gracias por compartir conmigo este ratito y esta experiencia.

Os dejo un enlace a ese precioso tema en su versión original, por si os apetece escucharlo.

http://soundcloud.com/jaijagdeesh/light-of-love

Que tengáis un día lleno de encuentros que os pongan el alma de fiesta.

Un abrazo fuerte fuerte,

Myriam Aram

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